Una de las cosas que más nos sorprendió de nuestro viaje a Marruecos, fue la Medina de Fez, construida en el siglo VIII, está considerada la Medina fortificada más grande del mundo. Con más de 9.000 callejones y aproximadamente medio millón de habitantes, la hacen la mayor zona peatonal del mundo y forma parte del patrimonio histórico de la humanidad por la UNESCO.
La vida en la medina de Fez
La Medina es la zona más antigua de la ciudad y orientarse por el laberinto de callejuelas que forman Fez-El-Bali es una tarea muy complicada, una vez se entra por la puerta principal, el arco de Bab Bou Jeloud, parece que se detenga el tiempo, que retrocedas al pasado, entras en un lugar caótico, repleto de zocos y tenderetes, con mucha gente y del que no sabes como conseguirás salir. Puede que esta esencia sea parte de su encanto.
Perderse por la medina no tiene que ser un problema, de hecho es lo más normal, es la mejor manera de disfrutar de la ciudad como un local más. Nosotros el primer día que la visitamos fue con un guía local que nos enseño las entrañas del lugar y también la manera de orientarnos un poco.
Nos explico que la medina de Fez-El-Bali está organizada por gremios, los que trabajan con las pieles, la zona de la seda, los zocos… Según en que zona te encuentres puedes saber donde estas en todo momento, eso y con la ayuda de un mapa claro, aunque resulta igual de difícil.
Oficios y olores para orientarse
También nos sorprendió mucho las olores que se podían encontrar a cada esquina de la medina de Fez, algunas aromáticas de las hierbas o incienso y otras horribles de la peletería por ejemplo. El guía nos contaba que él sabe guiarse y ubicarse por la medina sólo por el olor de sus calles.
La verdad que con la peste que hacían algunas, sobretodo la zona donde se encuentran las pieles, que estuvimos visitando el lugar donde las tiñen, no nos extraña. Nos dieron menta para oler mientras mirábamos como trabajaban para que no nos mareáramos.
Otra de las cosas que dan valor a este lugar es la de poder ver a los maestros artesanos como ejercen su profesión. En pleno centro de la ciudad vieja podemos encontrar la plaza Seffarine y la plaza Nejjarine, muy conocidas por ser el lugar dónde todavía se puede ver como trabaja la gente local y también por albergar algunos de los edificios más emblemáticos de la medina, como las madrazas, las escuelas dónde se enseña el Corán, que son edificios preciosos.
Comprar y regatear en los bazares
Y no nos podíamos despedir de la medina sin pasar pos la zona de los bazares, un barrio dónde sorprende que todas las tiendas venden casi los mismos productos, y que es el lugar ideal para comprar recuerdos y regalos a buen precio, eso si, tenéis que tener mucha paciencia, porque se tiene que regatear todos los precios y si ven que preguntas o te interesas por algún producto, os seguirán por toda la tienda e incluso por la calle y se os puede hacer pesado, pero es su cultura y es algo que tenemos que entender.
Fez, un imprescindible de Marruecos
Visitar Fez ha sido una experiencia muy bonita, nos ha encantado perdernos por su medina, comer sus deliciosos platos y conocer una cultura nueva, Marruecos es un país precioso y sin duda volveremos pronto.
Si visitáis Fez no os arrepentiréis, pero eso sí, cargaros de paciencia porque tendréis que regatear a cada lugar que vayáis y también tendréis que lidiar con la gente que se os ofrecerá como guía y os seguirá por la calle para que contratéis sus servicios. Se pueden hacer un poco pesados, pero incluso así, sin duda, vale la pena perderse y callejear por Fez-El-Bali.
Si queréis podéis contratar esta visita guiada por la Medina de Fez, un tour privado para disfrutar con tu pareja, familia o amigos. Aunque quizás os interese más un Free Tour por la ciudad, a nosotros nos encató.
Si os interesa esta ciudad o tenéis pensado hacer una ruta por este país, podéis leer nuestro post de 11 días por Marruecos o como descubrir Marruecos a través de los sentidos.
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