En plena naturaleza y a escasos 30 kilómetros de Barcelona, encontramos Torrelles del Llobregat. En esta pequeña población podemos encontrar las Cuevas de Can Riera, también conocidas como el Antelope Canyon catalán, uno de los lugares naturales más impresionantes de Cataluña.

Es una excursión apta para toda la familia, con un recorrido de unos 7-8 km ida y vuelta. Ideal para pasar una mañana en plena naturaleza, entre bosques y cerezos. Un lugar ideal para descubrir estas cuevas de arcilla que el viento y la lluvia han ido moldeando a su antojo, dejando unas formas realmente curiosas.
Otros lugares perfectos para hacer una excursión en familia o pareja son los Búnkers del Carmel en Barcelona o El Morro de l’Abella y La Foradada de los que podéis encontrar información en nuestro blog.
¿Cómo llegar a las Cuevas de Can Riera?
En nuestro caso salimos de Lloret de Mar y cogimos la autopista C-32 y luego la B-20 y casi para finalizar, la A-2 dirección Lleida–Tarragona. Después salimos en la salida 602 hacia Sant Vicenç dels Horts y luego ya se empezarán a ver las señales para llegar a Torrelles del Llobregat. Aunque lo más fácil es que en el GPS pongáis Centre Municipal d’Esports Can Roig y llegaréis justo detrás del pabellón, un lugar perfecto para dejar el coche y empezar la ruta.
Inicio de la ruta a las Cuevas de Can Riera
Para empezar la ruta a las Cuevas de Can Riera tenemos que salir del aparcamiento dirección a la rotonda por la que hemos entrado, que esta a unos 50 metros. Allí a mano derecha se ve un camino asfaltado que sube, ese el que tenemos que coger para empezar la excursión. Después de esta pequeña subida, hay un lugar donde se puede aparca 4 o 5 coches, pero no recomendamos aparcar aquí porque suele estar siempre lleno.


Después de la subida y ver el aparcamiento tenemos que coger el camino que queda a la izquierda, una pista de tierra que sube un poco pero que es muy sencilla. Andamos por este camino que transcurre entre cerezos y árboles hasta llegar a un cruce donde el camino se divide en derecha e izquierda. Aquí tenemos que coger el camino de la izquierda donde se puede ver una señal de contra dirección, aunque la señal diga lo contrario, vamos por buen camino hacia las Cuevas de Can Riera.

Ahora toca un poco de subida por un camino muy tranquilo rodeado de bosque, vamos subiendo poco a poco, rodeados de naturaleza, parece mentira que este lugar esté tan cerca de la ciudad, se respira un aire muy puro, un excelente lugar para desconectar.
Seguimos hasta llegar a un cruce donde encontramos un deposito de agua, aquí tendremos que girar a la derecha. Avanzamos un poco más y llegaremos al punto más complicado de la excursión a las Cuevas de Can Riera, tendremos que estar atentos para no perdernos.
Fons antes del desvío de la depuradora
Mitad del camino, vigilar no equivocarse
Siguiendo el camino nos encontraremos con una gran roca delante de nosotros, este es un punto muy importante, aquí vemos un camino que sigue por la derecha y uno muy escondido que va por la izquierda, de echo parece que no haya ni camino, pero es el que se tiene que coger.


Nosotros aquí nos equivocamos y empezamos a subir por la roca, la verdad es que estuvimos como media hora subiendo sin encontrar a nadie, no escuchamos nada y al final cuando estábamos arriba de todo no encontramos salida así que decidimos volver a la roca y allí encontramos una pareja que nos ayudó.
Así que cogimos el camino escondido de la izquierda y seguimos unos puntos azules que nos indican que el camino es el correcto, vamos andando hasta donde hay que empezar a ascender a las Cuevas de Can Riera.
Llegada a las cuevas de Can Riera
Siguiendo el camino encontraremos unos cactus a mano derecha y un desvío que sube por el bosque, este es el tramo más complicado, el camino es estrecho y se inclina bastante. En nada llegamos a la primera cueva, la más pequeña de todas, pero no por eso deja de ser bonita, la verdad es que nos impresionó bastante.

Seguimos la ruta de las Cuevas de Can Riera. Para ir a las otras dos cuevas tenemos que volver sobre nuestros pasos hasta encontrar un árbol caído. Allí sube un camino un poco más complicado que el anterior, bastante empinado y en algún tramo necesitaremos utilizar las manos para ayudarnos a subir.

La segunda cueva, la más bonita
Después de un último esfuerzo conseguimos llegar a la segunda cueva, esta es mucho más grande que la primera que hemos visto. Las vistas desde esta cueva son una pasada. Se ve todo el bosque, para nosotros la más bonita de las Cuevas de Can Riera. Con su color rojizo y las formas que ha dejado la naturaleza. Una autentica pasada.


Desde esta cueva se puede ver otra desde un agujero que hay en la roca, es bastante espectacular. Llegamos a la tercera cueva que esta muy cerca, a penas separadas por 300 metros. Esta también es preciosa, no tan grande como la anterior pero también espectacular.

Volvemos a la segunda cueva, un lugar perfecto para parar a comer un bocadillo para reponer fuerzas y deshacer el camino que habíamos hecho y regresar hasta el coche. Ha sido una excursión muy bonita, una mañana increíble rodeados de naturaleza. Recomendamos sin duda esta visita a las Cuevas de Can Riera.
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