Aprovechamos una escapada de 3 días para conocer la capital de la moda, Milán. A nosotros nos gusta mucho Italia porque es un país precioso en el cual se come muy bien. Además, encontramos un vuelo muy económico desde Barcelona. Cómo no habíamos visitado esta ciudad aún, decidimos conocerla. Sabíamos que esta bella ciudad italiana era mucho más que shopping y, así fue. Os contamos todo lo que nos os podéis perder de Milán.
Es una ciudad llena de glamour con una gran riqueza de monumentos históricos preciosos. Dedicamos 2 días a conocer la ciudad y el resto a conocer el Lago Di Como. Si disponéis de más días, dedicad más tiempo al lago, os encantará!
También os dejamos 10 consejos imprescindibles para visitar esta bonita ciudad.
Salimos del aeropuerto de Barcelona a las 06:25 y llegamos al aeropuerto de Bérgamo (BGY) a las 8:10h.
¿Cómo ir del aeropuerto de Bérgamo a Milán?
-Opción 1: Autobús.
Autobús Terravisión o Autostradale. El precio del bus es de 5 € por trayecto. El autobús tarda 1 hora y te deja en la Estación Central de Milán. Salen cada 30 minutos. Las entradas se pueden comprar en el aeropuerto, en el mismo autobús y online en este enlace.
Terravisión: Comprar billete Terravision
Autostradale: Comprar billete Autostradale
-Opción 2: En tren es otra opción barata pero menos práctica ya que no tiene servicios directos desde el aeropuerto. Hay que coger un bus hasta la estación de tren de Bérgamo. El precio del tren es de 5,50€ y te deja en la Estación Central de Milán. Tarda 45 minutos. Si queréis comprar los billetes online os dejamos el enlace: Comprar billete Tren
– Opción 3: En Taxi o alquilando un coche en el aeropuerto. En Taxi es la opción más rápida, más cómoda pero también la más cara, unos 100€. Y para alquilar coches hay muchas empresas de alquiler de vehículos que rentan coches en el mismo aeropuerto.
Nosotros escogimos la primera opción ya que es la más práctica y económica. Compramos los billetes en el mismo autobús. El precio es el mismo 5€.
Día 1 – Milán
Llegamos a la Estación Central a las 9:35h de la mañana. En la misma estación hay linea de metro. Está todo muy bien indicado, así que llegamos al Hotel Lancaster en metro y en tan solo 15 minutos. Está en la zona de Garibaldi, y nos decidimos por este porque era muy centrico y tenía muy buenos comentarios. ¡nos encantó! Además, en metro resulta muy fácil llegar a los puntos de interés. El billete sencillo cuesta 1,50€ y dura 90 minutos por si tenéis que hacer algún transbordo.
Dejamos las maletas y nos fuimos a conocer la ciudad. Subimos en el metro y nos plantamos en el monumento más emblemático, la Catedral de Milán. La visitamos por fuera, al ser hora punta se respiraba un gran ambiente de gente. Es una catedral majestuosa y destaca por ser una de las 5 catedrales más grandes del mundo. Tardaron 600 años en terminarla. Tiene 3.600 esculturas y más de 600 son demonios, sorprendente no?
El Duomo es único en Italia, porque es la segunda catedral gótica más grande del mundo. Construida de Mármol blanco y rosado. En el capitel mayor destaca una escultura de cobre y oro, la Madonnina símbolo y protectora de la ciudad. En el interior de la catedral tenemos que fijarnos en el suelo, destaca una gran meridiana de mármol, coordinada con el techo, que permite la entrada de la luz solar y que marca las 12 y el paso de las diferentes constelaciones.
También en el interior de la catedral podréis encontrar una de las obras más llamativas y admiradas, San Bartolomé desollado que logró convertir a la mitad de la población en Cristiana. Esta escultura retrata el momento en el cual lo despellejaron vivo y murió de pie desangrado. Además, también podréis encontrar una reliquia del mundo cristiano, uno de los clavos que utilizaron para crucificar a Cristo.
¿Dónde comprar las entradas del Duomo?
En un lateral de la parte derecha de la catedral hay un edificio donde se puede comprar las entradas para subir a la terraza y conocer el interior del Duomo (hace unos años no se pagaba pero ahora sí). Hay que coger ticket y hacer un poco de cola y cómo nosotros fuimos en febrero, hicimos muy poca cola.
Podéis comprar dos tipos de pases que salen más económicos que comprar las entradas individuales de la catedral o la terraza: Hay el Pass A o el Pass B. La diferencia entre los dos Pass es que: en el A subes a la terraza en ascensor y pagas un poco más y la B subes andando. El precio del Pass B es de 12€ por persona.
Los dos Pass incluye: entrada a la Catedral, acceso a la terraza, la zona arqueológica y la iglesia de San Gotardo. Nos decantamos por el Pass B ya que nos gusta subir andando, habían 200 escalones. El acceso y recorrido de subida por los escalones resulta muy sencillo y a nosotros se nos hizo muy ameno con las vistas de la plaza. Os dejamos el enlace para comprar el ticket online y también podéis consultar los horarios: Entradas Duomo
Galerias Vittorio Emanuele y centro de la ciudad
Compramos las entradas y decidimos salir a pasear para visitar la ciudad, visitamos las famosas galerías Vittorio Emanuele II, que se encuentran en un lateral de la plaza del Duomo. Es el punto geográfico de más lujo de Milán. ¿Sabíais que según dice la leyenda, si queréis volver a Milán tenéis que girar con los ojos cerrados sobre los «atributos» del toro que se encuentra en la galería?
Nosotros lo hicimos así que algún día regresaremos a la ciudad. Después de una visita rápida por sus lujosos pasillos y admirar los escaparates de las tiendas, decidimos ir a callejear un poco y buscar un lugar para comer.
Paseamos por las bonitas calles del centro histórico, nos acercamos a la Piazza Mercanti, una pintoresca plaza situada a escasa distancia del Duomo, una zona medieval en la que se pueden contemplar curiosos edificios. Es un auténtico museo al aire libre.
Seguimos paseando por el centro y decidimos parar en el restaurante Café de Ville cerca del Castillo Sforzesco. Degustamos un plato de pasta fresca exquisita en una inmejorable zona. Para nuestro gusto los platos eran algo escasos. El coste de los dos platos de pasta fue de 27€ con el postre compartido.
Parque Sempione y Arco Della Pace
Con las fuerzas recuperadas, decidimos ir a pasear por el parque Sempione, el parque más famoso de Milán ya que se encuentra en pleno centro y además tiene grandes zonas de césped repletas de árboles y vegetación, un bonito lago artificial e incluso diferentes edificaciones, donde queremos destacar el hermoso Arco della Pace. Nosotros estuvimos paseando por el parque al rededor de media hora, haciendo fotos y disfrutando del día soleado que teníamos.
Al acabar de visitar el parque nos dirigimos a uno de los lugares más destacados de la ciudad el Cementerio Monumental. Este lugar, aunque a priori parezca un sitio poco apetecible para visitar, es un auténtico museo al aire libre, conocido por sus esculturas funerarias de diferentes estilos y de alto nivel artístico, incluidas obras de artistas famosos. Justo en la entrada principal podréis conseguir un mapa en el que se indican las obras más relevantes. El horario es de martes a domingo: de 8:00 a 18:00 horas. Los lunes está cerrado.
El cuadrilátero de la moda
Al acabar la visita al Cementerio Monumental, decidimos pasear hasta el centro, donde se encuentra el famoso Cuadrilátero de la Moda, llamado así porque se presenta delimitado por cuatro calles – Vía Monte Napoleone, Vía Alessandro Manzoni, Vía della Spiga y Corso Venecia – el “Cuadrilátero de la moda” se considera el barrio por excelencia donde encontrar las mejores y más nuevas creaciones de los mejores diseñadores del mundo.
Estuvimos paseando y contemplando los bonitos y lujosos escaparates de las tiendas de la zona, aunque no compréis nada, es un lugar ideal para pasear y ver las nuevas tendencias de moda. A nosotros nos gustó mucho estas calles, pero la verdad es que ves los precios y te asustas.
Esa misma noche cenamos en la Pizzeria da Romano, cerca de nuestro apartamento y de la Porta Romana. El tamaño de las Pizzas eran muy grandes y estaban deliciosas. Para sorpresa nuestra, de regalo nos obsequiaron un pequeño postre, una mini pizza de Nutella. Estaba todo muy bueno! El coste total de la cena fue de 23€. Lugar que recomendamos para cenar des de La Mochila en la Espalda si os encontráis cerca de esta zona.
Día 2 – Lago Di Como
El Lago Como es el tercer lago más grande de Italia. Tiene forma de Y y está rodeado por pequeños y carismáticos pueblos, destacando sobretodo Bellagio, Varenna, Menaggio, Tremezzo.
¿Cómo ir al Lago di Como desde Milán?
Para ir al Lago Di Como, se puede ir en tren o en coche. En coche es más cómodo pero se tarda más que en tren (aproximadamente 2h). Si queréis visitar diferentes pueblos del lago, podéis subir el coche en el ferry que está muy bien preparado.
Fuimos al lago en tren desde la estación Central. Primero cogimos el metro desde la parada más cercana a nuestro apartamento por 3€. Después cogimos el tren desde estación Milano Central hasta estación de Como San Giovani. El primer tren sale a las 07:00h de la mañana y el último regresa a las 23:00h de la noche. Cogemos el tren de las 08:10h, el más rápido, (tarda 37 minutos) y a las 08:47h llegamos a la estación de San Giovan de Como.
En este enlace podéis comprar los billetes, mirar los horarios y consultar el precio: Billetes de Tren
La estación se sitúa muy cerca del centro de la ciudad, así que nos ponemos a andar y en 5 minutos nos plantamos en pleno casco histórico de Como. No habíamos desayunado, así que en la misma plaza de la catedral nos paramos a hacer dos cafés con leche y dos berlinas por 5€. Aprovechamos que estábamos en el centro para visitar la Catedral de Santa María Assunta.
Paseamos un poco por las bonitas y coloridas calles de la ciudad y nos dirigimos al paseo marítimo a comprar el billete de barco hacia Bellagio. El precio es de 14,80€ por persona y trayecto, dura 1h. Como disponíamos de un rato hasta que saliera, aprovechamos para pasear por el paseo al lado del lago que tiene unas vistas impresionantes.
Varenna y Bellagio, Las perlas del Lago di Como
El trayecto en ferry fue muy bonito, vas atracando en pequeños pueblos que se encuentran tocando el lago y de fondo se ven los Alpes. En nuestro caso nevados ya que era Febrero, la estampa era de postal. Llegamos a Bellagio y embarcamos directamente en otro ferry rumbo a Varenna por 4,60€ por persona y trayecto.
Decidimos hacerlo así porque no habían muchas opciones de ferry en esta época y por horarios nos salía mejor ir primero al pueblo que estaba más lejos y luego con la calma poder visitar Bellagio a la espera del barco que nos llevara de regreso a Como.
Varenna es un pueblo muy encantador y colorido dónde se respira mucha tranquilidad. Al bajar del ferry paseamos por el lago, no hay apenas turistas y se agradece, podemos hacemos muchas fotos. Visitamos la iglesia de San Juan Bautista y sus hermosas callejuelas, finalmente comemos en la terraza de un restaurante situado delante del lago, pedimos un rissoto que estaba espectacular, dos cervezas y postre, todo por 33€, pero lo mejor las vistas.
Volvemos al embarcadero y vamos hacia Bellagio, este pintoresco pueblo es considerado la perla del lago. Es el pueblo más famoso de los que integran la zona, al llegar entendemos el porque. Las fachadas de las casas pintadas de tonos pastel, las empinadas calles que suben hacia la montaña y sus preciosas villas, hacen de él un lugar hipnótico.
Bajamos del ferry y nos adentramos por sus calles buscando un lugar donde tomar un buen café, justo después empezamos a subir sus empinadas calles y a sacar fotos en los lugares más emblemáticos del pueblo. Era hora de regreso y nos dirigimos a embarcar de nuevo en el ferry de regreso a Como.
El Faro da Volta
Llegamos a Como a las 18:00h y nos quedaba todavía una 1h y 1/2 para que saliera el tren, así que decidimos ir hacia el paseo, que tiene vistas al lago, y paseando llegamos hasta el funicular de Brunate, que por unos 5€ ida y vuelta, puedes subir a lo alto del pueblo y gozar de unas vistas increíbles del lago y la ciudad.
Desde allí se puede ir al Faro da Volta que también tiene unas bellas vistas y es un buen lugar para ver el anochecer. Nosotros no teníamos tiempo suficiente para hacerlo porque ya era casi de noche y no disponíamos de muchas combinaciones, pero recomendamos que si visitáis Como disfrutéis esta excursión.
Aperitivo en los canales del Navigli
El tren de regreso sale a las 19:15h y también tarda 37 minutos en llegar a la estación Central de Milán. Es tren directo, y de allí subimos al metro M2 (color verde) y nos dirigimos a la zona del Navigli grande. Nos encantó desde el primer momento, pasear entre sus canales, viendo las terrazas italianas a ambos lados, con sus colores, su música, el ambiente que hay es algo impresionante y que te deja son palabras. Se ha convertido en un punto de encuentro imprescindible, allí donde se concentra lo mejor de la vida nocturna de Milán.
Decidimos cenar allí, bueno tomar el «aperitivi» que es algo habitual en la ciudad, de 19:00h a 22:00h. Los bares de la zona se llenan de gente y de mesas enormes con comida, escoges un bar y eliges que quieres tomar, te cobran entre 7€ y 11€ y luego tienes toda la comida que puedas comer a tu disposición. Podéis comer todo lo que os apetezca, suele haber gran variedad de pastas, pizzas, ensaladas, embutido… Vamos que por poco precio puedes saborear de todo tipo de comida.
Tomamos el aperitivi en la terraza del Manhatan y no estaba nada mal, nos recomendaron también ir al Spritz pero no teníamos mesa, así que por eso escogimos el primero. Estos son los dos que recomendamos para tomar el aperitivi con buenas vistas a los canales y con buen ambiente.
No lo dudéis e ir a cenar a esta zona, no os arrepentiréis. Otros locales que queremos recomendar son: La hora feliz y la Yguana que están un poco más alejados de los canales, en la plaza Vetra, pero son de los más famosos de la ciudad. Después de cenar fuimos ya para el apartamento a descansar después de la intensa jornada.
Día 3 – Milán – Barcelona
En nuestro último día en Milán decidimos contratar un Free Tour en español, para que nos hicieran una visita guiada por los lugares más emblemáticos de la ciudad. Creemos que un Free Tour es la mejor manera de conocer una ciudad, que alguien que vive allí te pueda explicar los sitios más destacados y su historia es algo único. nosotros lo contratamos con civitatis. Os dejamos el enlace aquí:
Empezamos nuestra ruta en el Castello Sforzesco, que nosotros ya lo habíamos conocido el primer día pero claro, cambia mucho si alguien te explica la historia y las anécdotas del lugar. Después de conocer todos los detalles sobre este lugar el guía nos llevó a la Piazza del Carmine, donde encontramos la iglesia de Santa María del Carmine, una de las iglesias más representativas del barrio de Brera y también en la misma plaza podemos ver una extraña escultura de un busto humano sin cabeza, ya que esta se encuentra en el corazón. Vale la pena visitarla mientras se pasea por el bonito barrio de Brera.
Seguimos la ruta por la Pinacotecta di Brera, considerara una de las galerías de arte más importantes de Italia. En este bonito complejo de edificios queremos destacar el patio interior, es la parte más impactante y además es de entrada gratuita. El museo de arte que hay en el interior vale 10€ por persona, los menores de 18 años no pagan y se puede ver gratis el primer domingo de cada mes. Nosotros no entramos ya que no disponíamos de tiempo y con el Free Tour no se visitan museos.
La siguiente parada es el Teatro alla Scala, uno de los teatros más importantes del mundo por su opera. Se pueden encontrar entradas desde 330€ hasta 15€. Si tenéis suerte podéis mirar si hay entradas disponibles en la parada del metro del Duomo, ya que el guía nos ha informado que se pueden comprar a buen precio.
Hacen ballet, opera y todo tipo de espectáculos, también se puede visitar el museo del teatro por 9€ por persona y donde se puede ver el interior del teatro. Nosotros no encontramos entradas económicas para ninguna obra, pero nos han contado que ir a ver opera al teatro de Milán es una de las mejores cosas que se puede hacer en la ciudad.
La última cena en Santa María delle Gracie
En la misma Plaza della Scala, justo delante del teatro, podemos encontrar el Monumento a Leonardo da Vinci, una estatua de mármol blanco donde aparece el genio italiano y más a bajo aparecen 4 de sus mejores discípulos. Un pequeño homenaje a este gran artista e inventor. Precisamente, sobre este autor, podemos encontrar en Milán una de sus obras más famosas, la última cena, que se encuentra en la iglesia de Santa Maria delle Gracie. Nosotros no la pudimos visitar ya que no habían entradas porque las visitas son limitadas, por razones de conservación sólo se permite el acceso a 30 personas al día, lo que significa que conseguir entradas es muy complicado.
Aunque a nosotros nos dijeron que si os presentáis en la iglesia de Santa Maria delle Gracie de las 8 a las 10 de la mañana, seguramente podréis conseguir alguna entrada porque siempre dejan algunas disponibles para ver esta obra de arte. Así que probar a ver si tenéis suerte!
Andamos unos metros y entramos a la Galleria Vitorrio Emanuele II, que también habíamos visitado el primer día y donde se estila el concepto de gran shopping, con tiendas de lujo sólo accesibles a los grandes bolsillos. Una de las cosas que más nos sorprendió y no conocíamos es que en los pisos superiores de la Galleria se encuentra uno de los poco hoteles 7* del mundo, sólo hay 6 en todo el planeta y dos de estos se encuentran en Europa, uno en París y este de Milán, el precio puede rondar los 3.500€ la noche.
Al finalizar las tres horas fantásticas de tour, llegamos a la última parada del día, la Piazza del Duomo, el lugar más emblemático de la ciudad y el sitio ideal para finalizar el recorrido, nuestro guía nos estuvo explicando la historia de la catedral, nos explicó que es una de las catedrales góticas más grandes del mundo, que se empezó a construir en el año 1386, pero que su construcción duró más de cinco siglos.
La terraza del Duomo
Una vez finalizado el free tour en español, muy recomendable por cierto, nos despedimos de nuestro guía y nos fuimos a buscar algo para comer en un local que nos recomendó, Panzeroti Luini, dónde puedes comprar una especie de paninis realmente buenos a muy buen precio y a dos pasos del Duomo. Seguidamente subimos a la terraza de la catedral, dónde se pueden ver las mejores vistas de la ciudad.
También resulta interesante la visión de las esculturas del tejado de cerca, ya que hay muchos demonios y algunas muy originales. Para subir se puede hacer de dos maneras, en ascensor donde suele haber más cola y vale un poco más de dinero o a pie por unas escaleras bastante cómodas, dónde no hay tanta cola. Nosotros subimos andando y fue bastante rápido y cómodo.
Por la tarde nos vamos a la Porta Nuova, situada cerca de la estación de metro Garibaldi. Merece la pena visitar el Bosco Verticale, dos torres de 110 y 76 metros de altura con más de 900 árboles en sus fachadas o la Torre Unicredit, el rascacielos más alto de Milán. Actualmente este barrio es el principal distrito financiero de la ciudad. Nosotros sólo lo visitamos por fuera pero ya vale la pena.
Luego nos dirigimos a la zona de la Piazza Vetra, donde nos hicimos unas fotos con la iglesia de San Lorenzo y sus bonitas columnas romanas, después paseamos un poco por las bonitas calles de Milán hasta llegar a los canales del Navigli a ver el atardecer. Un lugar precioso para pasar nuestras últimas horas en la ciudad. Sobre las 19h nos vamos al apartamento a buscar las maletas y de allí a la estación central para coger el Autobús Terravisión. En nuestro caso cogemos el de las 20:00h y el billete cuesta 4 euros si se compra por Internet. Salimos del aeropuerto de Bérgamo-Orio al Serio a las 21:50h y llegamos a Barcelona a las 23:30h dónde finaliza nuestro viaje.
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